Todas las mujeres que somos / Liliana Ebner


“Para liberarse, la mujer debe sentirse libre,

no para rivalizar con los hombres,

sino libre en sus capacidades y personalidad”

INDIRA GANDHI

Has recorrido un largo camino entre espinas y peñascos, pero las heridas sangrantes te han fortalecido y con las caídas has aprendido a levantarte más rápido. Porque eres MUJER.

Has conseguido que el mundo te permita tener la frente alta, mirar a los ojos a aquellos con los que hablas. Porque eres MUJER.

Has recorrido un arduo sendero, para que tu tímida voz se escuche en los confines del mundo, para que tus laboriosas manos indiquen que no solo sirven para lavar platos, que tu cuerpo fuerte no solo existe para parir hijos. Porque eres MUJER.

Te has levantado como el ave fénix aunque aún en el mundo, la barbarie y la ignorancia lapiden tu figura y tu sabiduría ignoren. Porque eres MUJER.

Aunque hoy todavía hay quienes nos ven como meros objetos de servicio o lujuria, nosotras ya hemos dado muchos y grandes pasos. Pasos hacia la independencia, hacia la libertad de pensamiento, hacia la igualdad y hacia la posibilidad de que no haya discriminación de género. Porque somos MUJERES.

Todos llevamos marcada en el cuerpo, la misma cicatriz que nos indica que estamos en el mundo gracias a esas luchadoras, valientes y fuertes, orgullosas de su condición, leonas, guerreras, amantes, sensibles como una flor y poderosas como un fuerte roble. 

Todos llevamos en el cuerpo ese ombligo que es la huella que nos dejó la que nos permitió la vida y que es UNA MUJER.

Ser mujer es ser muchas cosas, dar mucho, pero sobre todo ser mujer es símbolo de amor, es amar sobre todas las cosas. No importa a qué o a quién AMAR, con mayúscula, porque solo con y desde el amor se puede llegar a dar enteramente a lo que uno desea fervientemente.

***

Me permito un pensamiento y un agradecimiento especial para las MUJERES que dejaron huella en mi vida. Mi madre y mis abuelas, mi querida Vice Directora de nuestra inolvidable Escuela 50, mi primera maestra que tomó mi mano para conducirme por un nuevo camino y todas las demás maestras que me instruyeron, para las madres de mis compañeros que me invitaban a tomar la leche, para las madres de mis amigas del alma, mis hermanas, que estuvieron y siguen estando en el cariño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario