OGRAS, Francisca Huamaní

Hay mujeres pobres y mujeres ricas. 

Ricas que nunca han lavado un plato ni limpiado la suciedad de sus amados perros. Pobres que nunca han cenado en un restaurant y ni se han sentado a tomar un café en un lugar bonito y costoso. 

También hay mujeres que sentadas o agachadas miran el atardecer y el anochecer de sus horas grises. Pero también hay mujeres como tú y como yo, indiferentes a la lucha de valientes que caminan día y noche por la igualdad y el respeto a esas mujeres que viven con hombres que la miran feo y con odio, con hombres que la observan con desdén y las señalan de malas, de torpes, de pequeñas, de tontas, de perdedoras, de niñas consentidas, de perdidas y de todo. 

Me asusta el hecho de que vivamos así, cerca o lejos de esas mujeres, o tal vez ser una de ellas y no reconocer que somos violentadas y denigradas, no solo por hombres sino por mujeres, por esas madres que nos criaron para agachar la cabeza, para amar sin criticar y sin juzgar.

Porque hay mujeres en el mundo, ricas y pobres, sabias y torpes, bellas y feas, altas y bajas que educan para ser princesas en un mundo de ogros y ogras.

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