Amor incondicional / Lau Valdez

Eran las siete de la tarde: el sol golpeaba oblicuo en mi rostro y mis ojos no podían despegarse de su dulce belleza. Aurora jugaba con su esfera de cristal; el lento subir y bajar de sus manos transformaban las últimas luces de la tarde en un prisma multicolor que se teñía con las aguas del estanque y las flores del jardín.
Mi amada princesa parecía no percibir mi presencia, tarde tras tarde se sentaba a las orillas del agua y pensaba en su amado príncipe de profundos ojos verdes. Yo, a lo lejos, sufría en silencio.
Esa tarde, apelando a todo mi valor, me acerqué lentamente hasta ella y me senté a su lado.
—Fuera, fuera —gritó la nodriza— aléjate de la princesa.
—No le grites —dijo Aurora —me complace que esté a mi lado.
—Como usted desee, mi niña —murmuró la mujer y se alejó mascullando su enojo.
—Desde hoy te llamaré Jaime —escuché que me decía— y ya nunca te apartarás de mi lado.
La felicidad invadió mi cuerpo y, de un brinco, me trepé a la falda de mi amada. Desde el estanque, los otros sapos me miraron recelosos y, olvidada, la esfera atrapó los últimos rayos de sol derramando incontables colores sobre mi nuevo mundo.
Ya llegaría el beso.
Ilustración: Ro Muguerza

5 comentarios:

  1. ¡Qué bonito cuento y qué maravillosa ilustración! Felicidades a las dos artistas de la casa.

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  2. La ilustración es muy bonita, así como el cuento perooooo, me quedé con ganas de que fuera más extenso.

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